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FEMINISTA Y PROVIDA

  • Camila Acosta
  • Oct 18, 2018
  • 5 min read

Respuesta a Florence Thomas

Florence:

Otra vez yo, meses después, escribiendo una respuesta a uno de sus artículos.

Usted no me conoce, porque yo no soy nadie importante. Importante en el medio en el que usted se mueve por supuesto, porque importante para la humanidad es todo el mundo. O al menos eso creo yo.

A la que si debe reconocer un poco más es a mi hermana. Ella sí que es importante. Usted menciona su nombre ante cualquier persona que la conozca y siempre recibirá un desparrame de halagos increíbles, como si esta mujer fuera una heroína. Y es que lo es, aunque lejos de como le gustan a usted las mujeres. Ella es católica, madre de 4 hijos, profesora de derecho, y abogada de derecho internacional humanitario. Ella todo lo puede y todo lo hace bien; y que carga que es esa para una mujer, pero bueno... esa es la suya, la que le toco, porque con los dones siempre viene una carga. Ella, ídolo de tantos y tantas, mujer berraca y feminista, habló en el congreso con un discurso provida que hoy usted se atreve a llamar retrógrado y antiderechos.

Como ella, estoy yo: feminista y provida.

Que extraño encontrar estas palabras juntas ¿cierto? Digo extraño para usted que ha generado un concepto único de feminismo que está lejos de ser lo que realmente es. Porque Florence, usted no es feminista. Usted hace un tiempo nos llamo camanduleras, hoy yo le llamo por lo que usted es: una bully.

“No perdamos tiempo en diálogos inútiles” Esta, su frase, es la base de la guerra. Ningún diálogo es inútil cuando se está dispuesto a oír todo, incluso lo que uno no quiere oír.

“No hay manera de cambiar estos discursos retrógrados relativos a los derechos de las mujeres” Retrógrados? Cómo le puede usted llamar retrógrados a los valores de alguien, al deseo de preservar una vida. Retrógrada la intolerancia, la injusticia y la discriminación, todas cosas que usted deja notar en frases como esta.

Florence, estar en pro del aborto no la hace más mujer que nosotras, no la hace más avanzada, en cambio decir cosas como esas si la hace más bully.

Cuando uno es feminista de verdad, uno defiende a la MUJER a cualquier MUJER no solo a aquellas con las que está de acuerdo y a las otras las denigra con palabras que no tienen ningún sentido.

Esto lo puede aprender de mi hermana, la provida, que hace discursos defendiendo lo que piensa sin tener que atacar a nadie, con argumentos sólidos en pro de lo que dice, y no argumentos en contra de los demás. Y digo mi hermana la provida porque la otra es prochoice, y eso no hace que nosotras la queramos menos o que ella nos denigre a nosotras, porque crecimos en un hogar feminista y nos apoyamos entre nosotras.

Pero con un hogar feminista no me refiero al retorcido significado que usted le tiene a esa palabra, no. Me refiero a una casa donde tanto mi papá como mi mamá tenían palabra, son exitosos en sus carreras (el es ingeniero mecánico y ella matemática), en donde las tres hijas mujeres que tienen desarrollamos cada una libremente su personalidad con todo el apoyo (una es filósofa, la otra abogada, y la última diseñadora que hace terapias de relajación), donde todos siempre nos hemos cuidado y acompañado, aún cuando pensamos absolutamente diferente. Somos mujeres empoderadas que siempre hemos buscado relaciones que nos empoderen más.

No voy a hablar de ellas porque este artículo es sobre mí, pero yo soy una mujer felizmente casada, con un hogar en el que todo es de los dos. A veces yo he ganado más, a veces él, pero todo es de los dos. El lava loza, ropa, trapea pisos, cocina, y eventualmente cambiara pañales en los baños de hombres donde no hay cambiador, pero el se buscará la manera. El me ama y me fortalece todos los días, me ha apoyado en todos los proyectos, y viceversa. Damos la vida el uno por el otro y eso nos hace iguales. Él es trabajador social y está convencido de que el machismo es la base de todos los problemas sociales en nuestro país, pero es pro vida. No porque esté en contra de los derechos de la mujer, sino porque está en contra del maltrato a cualquier ser humano, incluído el nasciturus.

A mi me han pisoteado en mi vida todo tipo de personas, pero la mayoría han sido mujeres. Mujeres como usted. Bullys que se burlan de lo que siento, de cómo soy, que me meten en un balde con un prototipo de mujer que crean en sus cabezas sin ni siquiera darse la oportunidad de conocerme. Que me rechazan porque pienso diferente.

Las mujeres podemos ser venenosas... De mi hermana se rieron en el congreso mujeres que la veían sufrir con los discursos pro aborto. Por qué? Yo nunca me reiría de alguien que quiere abortar. Piensa diferente, pero no por eso me reiría. No me siento mejor que nadie por pensar lo que siento, no me siento ni avanzada ni retrograda, simplemente abogo por lo que creo que es mejor para la humanidad. Porque eso es otra cosa, yo constantemente reflexiono sobre la humanidad, no sólo sobre lo que a mi me conviene.

Si aprueban el derecho al aborto sin condiciones pues será la ley. Esa será la realidad en la que viviremos todos. Que en este momento me afecte como persona, no...

Yo seguiré viviendo mi vida con mi esposo, recibiremos en cualquier momento nuestro hijo o hija en adopción, de una mujer que decidió darle vida, y el mundo seguirá. Pero la humanidad ¿dónde va a poner el límite?

Entienda que el diálogo y la discusión no se terminan porque usted quiere que se terminen. Pueden aprobar el aborto sin causales determinadas y sin tiempo límite, e igual yo seguiré argumentando en contra, seguiré alzando mi voz por esas vidas, seguiré diciéndole a las personas que conozco que tienen otras opciones, seguiré apoyando la adopción como alternativa al asesinato. Porque si no lo digo, ¿qué clase de persona soy? Si seguimos haciendo silencio ante lo que nos parece injusto ¿a dónde vamos a llegar?.

Yo no escribo lo que escribo por ganarle la discusión a usted ni a nadie, si ayer nuevamente la perdí ante el fallo. Yo escribo porque tengo la esperanza de que mis palabras salvarán una de las 10.000 vidas que se están perdiendo anualmente a través del aborto. Yo escribo para que la mamá de mi bebé me oiga y sepa que admiro su valentía y que ese ser humano que decidió entregarme siempre sabrá el tamaño de su amor.

Porque Florence, lo que más me diferencia de usted es que yo no hablo en contra de ninguna causa, hablo en pro de lo más valioso que tenemos. LA VIDA.


 
 
 

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